5 de abril de 2012

Avance: primer capítulo de Ciudad de las Almas Perdidas

A lo largo de la última semana nos hemos ido adentrando en las primeras páginas del próximo libro de la saga Cazadores de Sombras, Ciudad de las Almas Perdidas.

La dinámica ha sido sencilla y estimulante: recolectar fragmentos de diferentes blogs para finalmente disfrutar del capítulo completo en la página oficial mortalinstruments.com.

En Somos Nefilim hemos disfrutado mucho con la misión y con los fragmentos en sí, que nos sitúan dos semanas más tarde del (tremendo) final de Ciudad de los Ángeles Caídos. Y, bueno, para qué contar más, si ahora pueden leer el capítulo completo a continuación ;)

AVISO: nunca está de más advertir que hay spoilers de los libros anteriores :D



Capítulo uno:

El ÚLTIMO CONSEJO - Parte I


"¿Cuánto tiempo más crees que tomará tener el veredicto?", preguntó Clary. No tenía idea de cuánto tiempo habían estado esperando, pero tenía la sensación de que fueran diez horas. No había relojes en la negra y rosa habitación de Isabelle, sólo pilas de ropa, montículos de libros, cúmulos de armas, un tocador desbordado con brillante maquillaje, cepillos usados, y cajones abiertos derramando combinaciones de encaje, mallas transparentes y boas de plumas. Tenía un diseño con cierta estética backstage-en-La-Cage-aux-Folles*, pero en las últimas dos semanas Clary había pasado suficiente tiempo entre el brillante desorden para empezar a encontrarlo reconfortante.

Isabelle, de pie junto a la ventana con Iglesia en sus brazos, acariciaba la cabeza del gato ausentemente. Iglesia la miraba con huraños ojos amarillos. Fuera de la ventana una tormenta de noviembre estaba en pleno apogeo, la lluvia cayendo por el cristal como pintura clara. "No mucho más tiempo", dijo lentamente. No llevaba nada de maquillaje, lo que la hacía parecer más joven, sus oscuros ojos más grandes. "Cinco minutos más, probablemente."

Clary, sentada en la cama de Izzy entre un montón de revistas y una pila de cuchillos serafín, tragó saliva con fuerza para quitarse el sabor amargo en su garganta. Volveré. Cinco minutos.

Eso había sido lo último que había dicho al chico que amaba más que a nada en el mundo. Ahora pensaba en que podría ser la última cosa que le dijera.

Clary recordaba ese momento perfectamente. El jardín en la azotea. La cristalina noche de octubre, el helado brillo blanco de las estrellas contra un despejado cielo negro. Las piedras del pavimento manchadas con negras runas, salpicadas de icor y sangre. La boca de Jace en la de ella, la única calidez en un mundo escalofriante. Poniendo el anillo de los Morgenstern alrededor de su cuello. El amor que mueve el sol y todas las demás estrellas. Volviéndose a mirarlo mientras el ascensor se la llevaba, arrastrándola hacia abajo, entre las sombras del edificio. Se unió a los otros en el vestíbulo, abrazando a su madre, a Luke, a Simon; pero una parte de ella, como siempre, todavía estaba con Jace, flotando sobre la ciudad en aquella azotea, ellos dos solos en fría y brillante eléctrica ciudad.

Maryse y Kadir fueron los que entraron en el ascensor para unirse con Jace en la azotea y ver los restos del ritual de Lilith. Pasaron otros diez minutos antes de que Maryse regresara sola. Cuando las puertas se abrieron y Clary vio su rostro, blanco, serio y desesperado, lo supo.

Lo que sucedió a continuación fue como un sueño. La multitud de cazadores de sombras en el vestíbulo se abalanzó hacia Maryse; Alec se liberó de Magnus, e Isabelle se puso de pie de un salto. Blancas explosiones de luz cortaban la oscuridad, como las suaves explosiones de los flashes de las cámaras en un escena del crimen a medida que, una tras otra, cuchillos serafines iluminaban las sombras. Abriéndose paso hacia adelante, Clary escuchó la historia en fragmentos: el jardín de la azotea estaba vacío; Jace no estaba. El ataúd de cristal donde había estado Sebastian había sido roto; el vidrio estaba disperso por todos lados en fragmentos. Sangre, aún fresca, goteaba desde el pedestal en el que el ataúd había estado.

Los Cazadores de Sombras estaban haciendo planes con rapidez, extenderse en el radio y buscar en el área alrededor del edificio. Magnus estaba allí, sus manos lanzando chispas azules, volviéndose hacia Clary para preguntarle si tenía algo de Jace para poder rastrearlo con ello. Aturdida, le dio el anillo Morgenstern y se retiró a una esquina para llamar a Simon. Acababa de cerrar el teléfono, cuando la voz de un Cazador de Sombras sonó por encima del resto. "¿Rastreo? Eso sólo funcionará si aún está vivo. Con esa cantidad de sangre no es muy probable-"

De alguna manera eso fue el colmo. Hipotermia prolongada, agotamiento y shock cobraron su precio, y sintió que sus rodillas cedían. Su madre la sostuvo antes de que tocara el suelo. Hubo una mancha oscura después de eso. Se despertó a la mañana siguiente en su cama en la casa de Luke, incorporándose de golpe con el corazón latiéndole como un martillo pilón, segura de que había tenido una pesadilla.

Mientras salía de la cama, los pálidos moretones en brazos y piernas, le contaban una historia diferente, así como lo hizo la ausencia de su anillo. Poniéndose unos pantalones vaqueros y una sudadera con capucha, se tambaleó hacia el salón para encontrar a Jocelyn, Luke y Simon sentados allí con sombrías expresiones en sus rostros. Ni siquiera necesitaba preguntarlo, pero lo hizo de todos modos: "¿Lo encontraron? ¿Ha vuelto? "

Jocelyn se puso de pie. "Cariño, aún sigue desaparecido-"

"¿Pero no muerto?", preguntó Clary frenéticamente. "¿No han encontrado un cuerpo?" Se desplomó en el sofá junto a Simon. "No, no está muerto. Yo lo sabría. "

Recordaba a Simón sosteniendo su mano mientras Luke le contaba lo que sabían: que Jace
aún no había aparecido, ni Sebastian tampoco. La mala noticia era que la sangre en el pedestal había sido identificada como la de Jace. La buena noticia era que había menos de lo que habían pensado; se había mezclado con el agua del ataúd y daba la impresión de ser un mayor volumen de sangre que el que era realmente. Ahora creían que era muy posible que él hubiera sobrevivido a lo que fuera que lo que había sucedido.
"Pero, ¿qué sucedió?", exigió.

Luke sacudió la cabeza, sus ojos azules sombríos. "Nadie lo sabe, Clary."

Sus venas se sentían como si su propia sangre hubiera sido reemplazada por agua helada. "Quiero ayudar. Quiero hacer algo. No quiero sentarme aquí mientras Jace está desaparecido. "

"Yo no me preocuparía por eso", dijo Jocelyn en tono grave. "La Clave quiere verte."

Un hielo invisible se resquebrajó en las articulaciones y tendones de Clary mientras se ponía de pie. "Está bien. Lo que sea. Le diré todo lo que quieran si ellos encuentran a Jace. "

"Les dirás todo lo que quieran porque tienen la Espada Mortal." Había desesperación en la voz de Jocelyn. "Oh, pequeña. Lo siento tanto."

Y ahora, después de dos semanas de testimonios repetitivos, después de que decenas de testigos han sido llamados, después de haber sostenido la Espada Mortal una docena de veces, Clary se sentó en el dormitorio de Isabelle y esperó para que el Consejo decidiera su destino. No podía dejar de recordar lo que había sentido cuando sostuvo la Espada Mortal. Eran como anzuelos minúsculos que se te incrustan en la piel, tratando de sacarte la verdad.

Se había arrodillado, sosteniéndola dentro del círculo de las estrellas parlantes, había escuchado su propia voz diciéndole al Consejo todo: como Valentine había invocado al Ángel Raziel, y cómo había obtenido el poder de controlar al Ángel borrando el nombre de él y colocando el suyo en la arena. Les conto cómo el Ángel le ofreció un deseo, y ella lo había usado para traer a Jace de entre los muertos, les contó como Lilith había controlado a Jace y como había planeado utilizar la sangre de Simón para resucitar a Sebastián, el hermano de Clary, a quien Lilith consideraba como un hijo. Cómo la marca de Simon había terminado con Lilith, y como habían pensado que con Sebastián también, no era una amenaza.

Clary suspiró y abrió su teléfono para ver la hora "Ellos han estado allí por un hora ", dijo. "¿Es eso normal? ¿Es una mala señal? "

Isabelle tiro a Iglesia, quien dejó escapar un aullido. Se acercó a la cama y se sentó junto a
Clary. Isabelle se veía aún más delgada que de costumbre, como Clary, que había perdido peso en las últimas dos semanas, pero elegante como siempre, en pantalones entallados negros y una camiseta ajustada de terciopelo gris. Sus ojos estaban rodeados de máscara, lo que debería haberla hecho lucir como un mapache, pero en su lugar sólo la hacía parecerse a una estrella de cine francés. Estiró los brazos, con sus pulseras eléctricas con runas musicales.

"No, no es una mala señal", dijo. "Simplemente significa que tienen mucho de qué hablar otra vez” Giro el anillo de los Lightwood que llevaba en su dedo. "Vas a estar bien. No se violó la ley. Eso es lo importante”

Clary suspiró. Incluso con el calor de los hombros de Isabel junto a ella no podían derretir el hielo en sus venas. Ella sabía que técnicamente no había violado ninguna ley, pero también sabía que la Clave estaba furiosa con ella. Es ilegal que un Cazador de Sombras resucite a los muertos, pero no lo es para el Ángel; sin embargo, era algo grave pedir de nuevo la vida de Jace y accediera a no contarle a nadie sobre esto.

Ahora que estaba fuera, y que había perturbado a la Clave. Clary sabía que querían castigarla, aunque sólo sea debido a que su elección había tenido consecuencias tan desastrosas. De alguna manera quería que la castigaran. Que rompieran sus huesos, arrancaran sus uñas de las manos, dejar que los Hermanos Silenciosos vaciaran su cerebro dejándolo en blanco. Era una especie de pacto con diablo, su propio dolor a cambio del retorno seguro de Jace.

"Deja de hacer eso", dijo Isabelle. Por un momento, Clary no estaba segura si Isabelle estaba hablando con ella o con el gato. Iglesia estaba haciendo lo que hacía a menudo, se dejaba caer boca arriba con las cuatro patas en el aire, fingiendo estar muerto con el fin de inducir culpa en sus propietarios. Pero entonces, Isabelle movió su cabello negro a un lado, mirándola, Clary se dio cuenta que le hablaba a ella y no al gato.

"¿Dejar qué?"

"Deja de pensar en todas las cosas horribles que van a hacerte, o de lo que
deseas que te suceda, porque estás viva y Jace. . . está perdido” la voz de Isabelle saltó, como la de un disco rayado. Ella nunca hablaba de Jace como muerto o incluso desaparecido, ella y Alec se negaban a considerar esa posibilidad. Y nunca le reprochaba a Clary por haber mantenido un secreto tan enorme, o haber hecho algo, sin darse cuenta, de llevarlos al lugar en donde estaban ahora. A pesar de todo Isabelle había sido su mayor defensora. Reuniéndose con ella todos los días en las puertas de la Sala del Consejo, había sujetado a Clary firmemente por el brazo, había marchado de forma deslumbrante, sin importar los murmuros de los Cazadores de Sombras. Ella había esperado a los interrogatorios interminables del Consejo, lanzando miradas de puñal a todo aquel que se atreviera a mira hacia los lados de Clary. Clary se había quedado asombrada. Ella e Isabel nunca habían sido tan cercanas, ella era del tipo de chicas que se sentían más cómodas con los chicos que con otra compañía mexicana. Pero Isabelle no se aparto de su lado. Clary estaba desconcertada como ella, pero muy agradecida.

"No puedo evitarlo", dijo Clary. "Si se me permitiera salir a buscarlo (**Nota: se organizo una “patrulla” para buscar a Jace, en ingles Clary habla de ser parte de la patrulla), si se me permite hacer cualquier cosa, no creo que sería tan malo "

"No sé". Isabelle parecía cansada. Durante las últimas dos semanas, ella y Alec habían realizado búsquedas y guardias de más de 16 horas, se veían muy cansados. Cuando Clary se entero de que le fue prohibido participar en la búsqueda de Jace hasta que el Consejo disidiera que hacer con ella por haberle traído de entro los muertos, había hecho un agujero en su puerta del dormitorio. "A veces parece algo inútil", añadió Isabel.

El frío hacia crujir los huesos de Clary arriba y abajo. "¿Quieres decir que crees que está muerto?"

"No, no lo hago. Quiero decir que creo que no hay forma de que todavía estén en Nueva York. "

"Pero están patrullando en otras ciudades, ¿no?" Clary se llevó una mano a la garganta, olvidando que ya no llevaba colgado el anillo de los Morgenstern. Magnus estaba todavía tratando de realizar un seguimiento a Jace, aunque su búsqueda no funcionaba todavía.

"Por supuesto que sí." Isabel se acercó con curiosidad y tocó la campanilla de plata delicada que colgaba alrededor del cuello de Clary, ahora, en lugar del anillo. "¿Qué es eso?"

Clary dudó. La campana había sido un regalo de la Reina Seelie.

No, eso no estaba bien.

La reina de las hadas no acostumbra dar regalos. La campana estaba destinada a señalarle a la Reina Seelie que Clary quería su ayuda. Clary se había encontrado pasando su mano por ella, más y más a menudo, sobre todo el día en que no habían tenido señales de Jace. Lo único que detenía a Clary era saber que la Reina Seelie nunca le daría nada sin la expectativa de que recibir algo terrible a cambio.

Antes de Clary pudiera responderle a Isabelle, la puerta se abrió. Las dos chicas se sentaron tiesas como un palo, Clary agarro una de las almohadas de color rosa de Izzy con tanta fuerza que los diamantes de imitación se clavaban en las palmas de sus manos.

"Hola." Una delgada figura entró en la habitación y cerró la puerta. Alec, el hermano mayor de Isabelle, iba vestido con el traje del Consejo, un túnica negra con runas plateadas, abierta ahora sobre sus vaqueros y una camiseta de manga larga negra. Todo el negro hacía que su pálida piel luciera aún más pálida, sus ojos azul cristalino aún más azules. Su pelo era negro y lacio como el de su hermana, pero más corto, llegándole justo por encima de la línea de la mandíbula. Su boca era una delgada línea.

El corazón de Clary comenzó a latir con fuerza. Alec no parecía feliz. Cualquiera que fuera la noticia, no podía ser buena.

Fue Isabel quien habló. "¿Cómo fue?", dijo en voz baja. "¿Cuál es el veredicto?"

Alec se sentó junto al tocador, girándose en la silla para mirar a Izzy y Clary por encima del respaldo. En otro momento hubiera sido cómico; Alec era muy alto, con largas piernas como un bailarín, y la forma en que se plegaba torpemente en la silla la hacía parecer como de una casa de muñecas.

"Clary", dijo. "Jia Penhallow dictó el veredicto. Estás exonerada de cualquier delito. No has roto ninguna Ley, y Jia cree que ya has sido suficientemente castigada".

Isabelle exhaló un audible suspiro y sonrió. Por un instante una sensación de alivio atravesó la fina capa de hielo que cubría las emociones de Clary. No iba a ser castigada, encerrada en la Ciudad Silenciosa, atrapada en algún lugar donde no podría ayudar a Jace. Luke, que como representante de los hombres lobo en el Consejo había estado presente durante el veredicto, había prometido llamar a Jocelyn tan pronto como terminara la reunión, pero Clary recogió su teléfono de todos modos; la perspectiva de dar una buena noticia a su madre era demasiado tentadora.

"Clary", dijo Alec mientras ella abría el teléfono. "Espera."

Lo miró. A pesar de la buenas noticias su expresión era aún tan seria como la de un empresario de pompas fúnebres. Con una repentina sensación de aprensión, Clary dejó el teléfono otra vez en la cama.

"Alec, ¿qué pasa?"

"No fue tu veredicto lo que tomó al Consejo tanto tiempo", dijo Alec. "Había otro asunto en discusión".

El hielo había vuelto. Clary se estremeció. "¿Jace?"

"No exactamente". Alec se inclinó hacia adelante, plegando las manos a lo largo de la parte de atrás de la silla. "Un informe llegó en la madrugada desde el Instituto de Moscú. Las barreras de la isla de Wrangel fueron destrozadas ayer. Han enviado a un equipo de reparación, pero tener barreras tan importantes rotas por tanto tiempo… Eso es una prioridad para el Consejo. "

Barreras (que servían, según Clary entendía, como una especie de cerco mágico) rodeaban la Tierra, puestas allí por la primera generación de Cazadores de Sombras. Pueden ser traspasadas por demonios, pero no fácilmente, y mantienen  afuera a la gran mayoría de ellos, impidiendo que el mundo sufra una invasión masiva de demonios. Recordó algo que Jace le había dicho,parecía hace años: Solía ​​haber sólo pequeñas invasiones demoníacas en este mundo, fáciles de contener. Sin embargo, a lo largo de mi vida cada vez más y más de ellos se han filtrado a través de las barreras.

"Bueno, eso es malo," dijo Clary. "Pero no veo qué tiene que ver eso con-"

"La Clave tiene sus prioridades", interrumpió Alec. "La búsqueda de Jace y Sebastian ha sido prioridad durante las últimas dos semanas. Pero han registrado todos los sitios, y no hay señales de ninguno de los dos en ninguna guarida de subterráneos. Ninguno de los hechizos de rastreo de Magnus ha funcionado. Elodie, el mujer que crió al verdadero Sebastian Verlac, aseguró que nadie ha intentado ponerse en contacto con ella. Esa era una posibilidad muy remota, de todos modos. Los espías no han informado de ninguna actividad inusual entre los conocidos miembros del viejo Círculo de Valentin. Y los Hermanos Silenciosos no han sido capaces de descubrir qué es exactamente lo que el ritual de Lilith se suponía que debía hacer, o si se tuvo éxito. El consenso general es que Sebastian –claro que ellos lo llaman Jonathan cuando hablan de él- secuestró a Jace, pero eso no algo que no supiéramos. "

"¿Y?", Dijo Isabelle. "¿Qué significa eso? ¿Más búsqueda? ¿Más patrulla? "
Alec sacudió la cabeza. "No están discutiendo la expansión de la búsqueda", dijo en voz baja. "La están despriorizando. Han pasado dos semanas y no han encontrado nada. Los equipos especiales llegados desde Idris van a ser enviados a casa. La situación de la barrera es la prioridad ahora. Sin mencionar que el Consejo ha estado en medio de delicadas negociaciones, actualizando las Leyes para permitir la nueva constitución del Consejo, el nombramiento de un nuevo Cónsul e Inquisidor, determinando un tratamiento diferente de los Subterráneos –no quieren distraerse".

Clary miraba fijamente. "Ellos no quieren que la desaparición de Jace los distraiga de los cambios de un puñado de estúpidas Leyes antiguas? ¿Se están rindiendo? "

"No se rinden,-"

"Alec", dijo Isabelle bruscamente.
Alec inspiró y levantó las manos para cubrirse la cara. Tenía dedos largos, como los de Jace, con cicatrices como las de Jace también. El ojo, Marca de los Cazadores de Sombras, decoraba el dorso de su mano derecha. "Clary, para ti, para nosotros, esto ha sido siempre la búsqueda de Jace. Para la Clave se trata de la búsqueda de Sebastian. Jace también, pero sobre todo Sebastian. Él es el peligro. Él destruyó las barreras de Alicante. Él es un asesino en masas. Jace es... "

"Sólo otro Cazador de Sombras", dijo Isabelle. "Morimos y desaparecemos todo el tiempo."

"Él es un poco más por ser un héroe de la Guerra Mortal", dijo Alec. "Pero al final la Clave fue clara: La búsqueda se mantiene, pero por ahora se trata de un juego de espera. Ellos esperan que Sebastian haga el siguiente movimiento. Mientras tanto, es la tercera prioridad de la Clave. Si eso. Esperan que nosotros volvamos a la vida normal. "

¿Vida normal? Clary no lo podía creer. ¿Una vida normal sin Jace?

"Eso es lo que nos dijeron después de que Max muriera", dijo Izzy, sus ojos negros sin lágrimas pero llameantes con ira. "Que nos recuperaríamos más rápido de nuestra pena si volvíamos a nuestra vida normal".

"Se supone que es un buen consejo", dijo Alec desde detrás de sus dedos.

"Que se lo digan a padre. ¿Vino siquiera de Idris para la reunión? "

Alec sacudió la cabeza, dejando caer las manos. "No. Si te sirve de consuelo, había muchas personas en la reunión defendiendo mantener la búsqueda de Jace a pleno rendimiento. Magnus, obviamente, Luke, la Cónsul Penhallow, incluso el hermano Zacarías. Pero al final no fue suficiente. "

Clary lo miró fijamente. "Alec", dijo. "¿No sientes nada?"
Los ojos de Alec se abrieron mucho, su color azul oscureciéndose, y por un momento Clary recordó al chico que la había odiado cuando llegó al Instituto, el chico de uñas mordidas y agujeros en los suéteres y una mota en su hombro que parecía inamovible. "Sé que estás molesta, Clary," dijo, su voz afilada, "pero si estás sugiriendo que Iz y yo nos preocupamos menos por Jace que tú-"

"No," dijo Clary. "Estoy hablando de tu conexión parabatai. Estaba leyendo sobre la ceremonia en el Codex. Sé que ser parabatai los une a ambos juntos. Puedes sentir cosas sobre Jace. Cosas que te ayudarían cuando están luchando. Así que, supongo que me refiero... ¿puedes sentir si está aún vivo?"


"Clary." Isabelle parecía preocupada. "Pensé que no creías..."

"Está vivo", dijo Alec con cautela. "¿Crees que estaría así de funcional si él no estuviera vivo? Definitivamente hay algo mal. Puedo sentir eso. Pero aún sigue respirando".

"¿Puede ser que ese “mal” sea que está prisionero?", dijo Clary en voz baja.

Alec miró hacia las ventanas, la cortina gris de lluvia. "Tal vez. No puedo explicarlo. Nunca he sentido algo como esto antes. "

"Pero está vivo."

Alec la miró directamente. "Estoy seguro de ello."

"Entonces, al infierno con el Consejo. Lo encontraremos nosotros mismos," dijo Clary.

"Clary... si eso fuera posible... ¿no crees que ya hubiéramos-," comenzó a Alec.

"Estábamos haciendo lo que la Clave quería que hiciéramos," dijo Isabelle. "Patrullas, búsquedas. Hay otras formas. "

"Formas que violan la Ley, quieres decir", dijo Alec. Sonaba vacilante. Clary esperaba que no fuera a repetir el lema de los Cazadores de Sombras cuando se trataba de la Ley: Sed lex, dura lex. "La Ley es dura, pero es la Ley." No creía que pudiera soportarlo.

"La Reina Seelie me ofreció un favor," dijo Clary. "En la fiesta de fuegos artificiales en Idris." El recuerdo de aquella noche, lo feliz que había sido, hizo que su corazón se contrajera por un momento, y tuvo que parar y recuperar el aliento. "Y una manera de contactar con ella."

"La Reina del Pueblo de las Hadas no da nada gratis".

"Lo sé. Tomaré cualquiera que sea la deuda yo misma." Clary recordó las palabras de la joven hada que le había entregado la campana. Harías cualquier cosa para salvarlo, cualquiera sea el precio, no importa lo que puedas deber al Cielo o al Infierno, ¿no? "Sólo quiero que uno de ustedes venga conmigo. No soy buena con la traducción de la charla de hadas. Al menos si están conmigo ustedes pueden limitar el daño. Pero si hay algo que ella pueda hacer-"

"Yo iré contigo", dijo Isabelle de inmediato.

Alec miró a su hermana con semblante oscuro. "Ya hablamos con las hadas. El Consejo los interrogó extensamente. Y no pueden mentir. "

"El Consejo les preguntó si sabían dónde están Jace y Sebastián," dijo Clary. "No si estarían dispuestos a buscarlos. La Reina Seelie sabía acerca de mi padre, sabía del ángel que él llamó y atrapó, sabía la verdad de mi sangre y la de Jace. Creo que no hay muchas cosas que sucedan en este mundo sobre las que ella no sepa."

"Es verdad", dijo Isabelle, un poco de vivacidad entrando en su voz. "Sabes que tienes que preguntar a las hadas las cosas correctas para obtener información útil de ellas, Alec. Son muy difíciles de interrogar, incluso si tienen que decir la verdad. Un favor, sin embargo, es diferente."

"Y el peligro potencial es literalmente ilimitado", dijo Alec. "Si Jace se entera de que dejé ir a Clary a ver a la Reina Seelie, me-"

"No me importa," dijo Clary. "Él lo haría por mí. Dime que no lo haría. Si yo estuviera desaparecida-"

"Él quemaría el mundo entero hasta poder encontrarte debajo de las cenizas. Lo sé," dijo Alec, sonando agotado. "Maldición, ¿crees que no quiero incendiar el mundo ahora mismo? Sólo estoy tratando de ser…"

"Un hermano mayor", dijo Isabelle. "Lo entiendo."

Alec parecía estar luchando por controlarse. "Si algo te pasara, Isabelle -después de Max, y Jace-"

Izzy se puso de pie, cruzó la habitación, y puso sus brazos alrededor de Alec. El oscuro cabello de ambos, exactamente del mismo color, se mezclaba mientras Isabelle susurraba algo al oído de su hermano; Clary los miraba con un poco de envidia. Ella siempre había querido tener un hermano. Y tenía uno ahora. Sebastian. Era como si siempre hubieras querido un cachorrito por mascota y te entregaran un sabueso del infierno en su lugar. Vio como Alec tiró del pelo a su hermana de forma cariñosa, asintió con la cabeza y la liberó.

"Deberíamos ir todos", dijo. "Pero tengo que decirle a Magnus, al menos, lo que estamos haciendo. No sería justo no hacerlo".

"¿Quieres usar mi teléfono?", preguntó Isabel, ofreciéndole el maltrecho objeto rosa.

Alec sacudió la cabeza. "Está esperando abajo con los demás. Vas a tener que darle a Luke algún tipo de excusa también, Clary. Estoy seguro de que está esperando que te vayas a casa con él. Y dice que tu madre ha estado muy preocupada con todo este asunto."

"Se culpa a sí misma por la existencia de Sebastian." Clary se puso de pie. "A pesar de que creía que estaba muerto todos estos años."

"No es culpa suya." Isabelle descolgó su dorado látigo de donde pendía en la pared y lo enroscó alrededor de su muñeca de manera que parecía una escalera de brillantes pulseras. "Nadie la culpa".

"Eso nunca importa", dijo Alec. "No cuando te culpas a ti mismo".

En silencio, los tres se encaminaron a través de los pasillos del Instituto, extrañamente lleno ahora con otros Cazadores de Sombras, algunos de los cuales formaban parte de las comisiones especiales que habían sido enviadas desde Idris para hacer frente a la situación. Ninguno de ellos miraba a Isabelle, Alec, o Clary con mucha curiosidad. Al principio Clary lo había sentido tanto, como si fuera observada, -y había oído las palabras susurradas "hija de Valentin" tantas veces- que había comenzado a temer venir al Instituto, pero se había parado frente al Consejo suficientes veces que ahora la novedad había desaparecido.

Tomaron el ascensor para bajar; la nave del Instituto estaba brillantemente iluminada con luz mágica además de las velas habituales y estaba llena de miembros del Consejo y sus familias. Luke y Magnus estaban sentados en un banco, hablando entre ellos; junto a Luke había una mujer alta, de ojos azules, que se parecía mucho a él. Se había rizado el cabello y teñido el gris marrón, pero Clary la reconoció -la hermana de Luke, Amatis.

Magnus se levantó al ver a Alec y se acercó a hablar con él; Izzy pareció reconocer a otra persona entre los bancos y salió disparada a su manera habitual, sin pararse para decir a dónde iba. Clary fue a saludar a Luke y Amatis; ambos se veían cansados, y Amatis estaba acariciando comprensivamente el hombro de Luke. Él se puso de pie y abrazó a Clary en cuanto la vio. Amatis felicitó a Clary por haber sido absuelta por el Consejo, y ella asintió; se sentía allí sólo a medias, la mayor parte de sí entumecida y el resto respondiendo en piloto automático.

Podía ver a Magnus y Alec por el rabillo del ojo. Estaban hablando, Alec inclinándose hacia Magnus, de la manera en que las parejas suelen arquearse cuando hablan, en su propio universo contenido. Se sentía feliz por verlos felices, pero le dolía también. Se preguntó si alguna vez tendría eso otra vez, o si incluso querría tenerlo otra vez. Recordaba la voz de Jace: No quiero ni siquiera querer a nadie más que a ti.


"Planeta Tierra a Clary," dijo Luke. "¿Quieres ir a casa? Tu madre se muere de ganas de verte, y le encantaría ponerse al día con Amatis antes de que ella regrese a Idris mañana. Pensé que podríamos cenar. Tú eliges el restaurante." Estaba tratando de ocultar la preocupación en su voz, pero Clary podía oírlo. Últimamente ella no había estado comiendo mucho, y su ropa había empezado a colgar de manera más holgada.

"No tengo ganas de celebrar", dijo. "No con el Consejo despriorizando la búsqueda de Jace. "

"Clary, eso no quiere decir que vayan a parar", dijo Luke.
"Lo sé. Es… Es como cuando dicen que una misión de búsqueda y rescate se convierte es una búsqueda de cuerpos. Eso es lo que parece. " Tragó. "De todos modos, estaba pensando en ir a Taki a cenar con Isabelle y Alec", dijo. "Sólo... hacer algo normal".

Amatis dirigió la mirada hacia la puerta. "Está lloviendo bastante fuerte fuera".

Clary sintió que sus labios se estiraban en una sonrisa. Se preguntó si se veía tan falsa como la sentía. "No me derretiré."

Luke puso algo de dinero en su mano, claramente aliviado porque ella iba a hacer algo tan normal como salir con amigos. "Sólo promete comer algo."

"Está bien." A través de la culpa, consiguió una media sonrisa real en su dirección antes de apartarse.


Magnus y Alec ya no estaban donde habían estado un momento antes. Mirando a su alrededor, Clary vio el familiar cabello largo y negro de Izzy entre la multitud. Estaba de pie junto a las grandes puertas dobles del Instituto, hablando con alguien que Clary no podía ver. Clary se dirigió hacia Isabelle; a medida que se acercaba, reconoció a alguien del grupo, con ligera sorpresa, como Aline Penhallow. Su brillante pelo negro había sido cortado con estilo justo por encima de los hombros. De pie junto a Aline estaba una chica delgada con cabellos de color rubio pálido rizados en bucles; estaba recogido dejando libre su rostro, mostrando que las puntas de sus orejas eran ligeramente puntiagudas. Llevaba ropas del Consejo, y al acercarse Clary vio que los ojos de la muchacha eran de un verde-azul brillante e inusual, un color que hizo anhelar a los dedos de Clary sus lápices Prismacolor por primera vez en dos semanas.

"Debe ser raro, con tu madre siendo la nueva Cónsul", estaba Isabelle diciendo a Aline cuando Clary se unió a ellas. "No es que Jia sea mucho mejor que- Hey, Clary. Aline, te acuerdas de Clary."

Las dos chicas intercambiaron un asentimiento. Clary había encontrado una vez a Aline besando a Jace. Había sido horrible en aquel momento, pero la memoria no escocía ahora. Sentiría alivio de encontrar a Jace besando a alguien más en este momento. Al menos eso significaría que estaba vivo.

"Y ésta es la novia de Aline, Helen Blackthorn," dijo Isabelle, con gran énfasis. Clary le lanzó una mirada. ¿Isabelle creía que era idiota? Además, recordaba a Aline contándole que ella había besado a Jace sólo como un experimento para ver si algún chico era su tipo. Al parecer, la respuesta había sido que no. "La familia de Helen dirige el Instituto de Los Ángeles. Helen, ésta es Clary Fray."

"La hija de Valentin", dijo Helen. Parecía sorprendida y un poco impresionada.

Clary se estremeció. "Trato de no pensar demasiado en ello."

"Lo siento. Puedo ver por qué no lo harías." Helen se ruborizó. "Yo voté para que el Consejo mantuviera como prioridad la búsqueda de Jace, por cierto. Siento que fuéramos superados".

"Gracias." No queriendo hablar de ello, Clary se volvió a Aline. "Felicitaciones por tu madre siendo Cónsul. Debe ser muy emocionante."

Aline se encogió de hombros. "Está mucho más ocupada ahora." Se volvió a Isabelle. "¿Sabías que tu padre puso su nombre para el puesto de Inquisidor?"

Clary sintió a Isabelle congelarse a su lado. "No. No, no lo sabía. "


“Me sorprendió,” añadió Aline. “Pensé que estaba muy comprometido con la dirección del Instituto aquí-“Se calló de repente, mirando detrás de Clary. “Helen, creo que tu hermano está tratando de hacer el charco de cera fundida más grande del mundo allí. A lo mejor quieres detenerlo.”

Helen dejó escapar un suspiro exasperado, farfulló algo sobre chicos de doce años, y desapareció entre la multitud al mismo tiempo que Alec se acercaba. Saludó a Aline con un abrazo –Clary olvidaba a veces que los Penhallow y los Lightwood se conocían desde hace años- y miróa Helen entre la gente. ¿Es esa tu novia?

Aline asintió. “Helen Blackthorn.”

“He oído que hay algo de sangre de hadas en esa familia,” dijo Alec.

Ah, pensó Clary. Eso explicaba las orejas puntiagudas. La sangre nefilim es dominante, y el niño de un hada y un Cazador de Sombras es un Cazador de Sombras también, pero a veces la sangre de las hadas puede expresarse de extrañas formas, incluso en varias generaciones después.

“Un poco,” dijo Aline. “Mira, quería darte las gracias.”

Alec parecía honestamente desconcertado. ¿Por qué?

“Lo que hiciste en el Hall de los Acuerdos,” dijo Aline. “Besar a Magnus de esa manera. Me dio el empujón necesario para decirle a mis padres… para confesarme a ellos. Y si no hubiera hecho eso, no creo que, cuando conocí a Aline, hubiera tenido el valor para decir nada.”

“Oh.” Alec parecía sorprendido, como si nunca hubiera considerado el impacto que sus acciones podrían haber tenido en alguien fuera de su familia inmediata. Y tus padres, ¿se lo tomaron bien?

Aline puso los ojos en blanco. “Están ignorándolo, de alguna manera, como si fuera a desaparecer si no hablan de ello.” Clary recordó lo que Isabelle había dicho sobre la actitud de la Clave hacia sus miembros homosexuales. Si sucede, no hablas de ello. “Pero podría ser peor.”

“Definitivamente podría haber ido peor,” dijo Alec, y había un tono sombrío en su voz que hizo a Clary mirarlo con más atención.

El rostro de Aline se transformó con una mirada de compasión. “Lo siento,” dijo. “Si tus padres no-“

“Están bien con ello,” dijo Isabelle, un poco bruscamente.

“Bueno, como sea. No debería haber dicho nada ahora. No con Jace desaparecido. Todos ustedes deben estar tan preocupados.” Inspiró profundamente. “Sé que la gente probablemente les ha dicho todo tipo de estupideces sobre él. De la manera en que lo hacen cuando realmente no saben qué decir. Yo sólo- Yo quería decirles algo.” Se movió para dejar paso a alguien con impaciencia y se acercó a los Lightwood y Clary, bajando la voz. “Alec, Izzy- recuerdo una vez cuando ustedes vinieron a visitarnos a Idris. Yo tenía trece años y Jace tenía… creo que tenía doce. Él quería ver el bosque Brocelind así que tomamos un par de caballos y cabalgamos hacia allí un día. Por supuesto, nos perdimos. Brocelind es impenetrable. Se volvió más oscuro y los bosques más densos y estaba aterrorizada. Pensé que moriríamos allí. Pero Jace nunca tuvo miedo. Él no estuvo más que seguro de que encontraríamos la manera de salir. Llevó horas, pero lo hizo. Nos sacó de allí. Estaba tan agradecida pero él sólo me miró como si estuviera loca. Como si fuera obvio que él nos sacaría de allí. Fracasar no era un opción. Lo que digo – él encontrará el camino de vuelta a ustedes. Lo sé.”

Clary no creía haber visto llorar a Izzy alguna vez, y claramente estaba tratando de no hacerlo ahora. Sus ojos estaban sospechosamente abiertos y brillosos. Alec se miraba los zapatos. Clary sentía una fuente de miseria tratando de alzarse dentro de ella, pero la forzó abajo; no podía pensar en Jace cuando tenía doce años, no podía pensar en él perdido en la oscuridad, o pensaría en él ahora, perdido en algún lugar, necesitando su ayuda, esperando que ella llegara, y se rompería. “Aline,” dijo, viendo que ni Isabelle ni Alec podían hablar. “Gracias.”

Aline exhibió una tímida sonrisa. “Lo digo en serio.”

“¡Aline!” Era Helen, su mano firmemente cerrada alrededor de la muñeca de un chico más joven cuyas manos estaban cubiertos con cera azul. Debía haber estado jugando con las velas en los enormes candelabros que decoraban los lados de la nave. Parecía tener unos doce años, con sonrisa pícara y los mismos impresionantes ojos verdeazulados que su hermana, aunque su cabello era castaño oscuro.

“Hemos vuelto. Deberíamos irnos antes de que Jules destruya todo el lugar. Por no mencionar que no tengo ni idea de dónde han ido Tibs y Livvy.”

“Estaban comiendo cera,” el chico, Jules, ofreció amablemente.

“Oh, Dios,” se quejó Helen, y entonces parecía querer pedir disculpas. “No se molesten por mí. Tengo seis hermanos pequeños y uno mayor. Siempre es un zoológico.”

Jules miró de Alec a Isabelle y entonces a Clary. “¿Cuántos hermanos tienen?” preguntó.

Helen palideció. Isabelle dijo, con una voz remarcablemente firme, “Somos tres.”

Los ojos de Jules permanecieron en Clary. “Tú no te pareces demasiado.”

“No estoy emparentada con ellos,” dijo Clary. “No tengo hermanos ni hermanas.”

“¿Ninguno?” La incredulidad se registraba en el tono de voz del chico, como si ella le hubiera dicho que tenía pies palmeados. ¿Es por eso que pareces tan triste?”

Clary pensó en Sebastian, con su cabello blanco como el hielo y ojos negros. Si tan sólo, pensó. Si tan sólo no tuviera un hermano, nada de esto hubiera ocurrido. Una pequeña punzada de odio la recorrió, calentando su helada sangre. “Sí,” dijo suavemente. “Es por eso que estoy triste.”



*Intentando recuperarse*

En poco más de un mes el libro se publicará en inglés, y esperamos no tener que esperar demasiado para disfrutarlo en español (por soñar...). Este es el último avance que habrá del libro; lo último que podremos saber de él antes del ocho de mayo, ya que ni siquiera hay copias avanzadas para reseñar previamente como en otras ocasiones.

Así que, queridos nefilim, a respirar profundamente y armarse de paciencia. En unos meses el libro estará en nuestras estanterías esperando a ser devorado, pero mientras tanto podemos disfrutar de la relectura de Ciudad de los Ángeles Caídos o descubrir los misterios ocultos de Príncipe Mecánico (esto último, más que recomendado^^)



Repasando la cacería:

28 de abril: Cassandra Clare [en español]
29 de abril: Novel Novice [en español]
30 de marzo: Eve’s Fan Garden [en español]
02 de abril: The Story Siren [en español]
03  de abril: Mundie Moms [en español]
04 de abril: mortalinstruments.com (capítulo íntegro en inglés) [último fragmento en español]

*Nota: todos los fragmentos han sido traducidos por Somos Nefilim, 
a excepción del segundo, 
que es fruto del trabajo de Laura Lerman (de CdSMéxico)



Texto original en 
Traducción: Somos Nefilim



¿Qué nos depara Ciudad de las Almas Perdidas?


Queremos saber qué ha sido de Jace, cuáles son los planes de Sebastian, cómo se recuperará el Consejo después de tantos problemas y conflictos, qué es eso que la Reina Seelie sabe y no comparte, cómo avanza la relación de Magnus y Alec, qué pasará con la familia Lightwood… ¡eso y mucho más! ¿Tendremos todas las respuestas en este libro? ¿Surgirán nuevas incógnitas y misterios?

Ustedes, nefilim, ¿qué esperan descubrir en la Ciudad de las Almas Perdidas?



3 comentarios:

  1. Oh, Raziel. Estaba evitando leer los fragmentos porque quería leerlo todo, junto, y solo puedo decir que valió la pena. Agh, voy a morir. DÉJENME! DÉJENME MORIR!! NO VALE LA PENA VIVIR SIN COLS!!

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  2. Omg. Me encanta. Si hay algun fan de los juegos del hambre le invito a que entre en mi blog,donde estoy colgando un fan fic sobre la vida de la tributo del distrito 2. Aqui os dejo el link de mi blog http://lavidadeclove.blogspot.com.es/

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  3. Un millón de gracias por traducir y subir, a menos de 48 horas antes del lanzamiento del libro apenas puedo pensar. Ya he pedido que me envíen desde Canadá un ejemplar y aun así me he encontrado navegando en busca de este fragmento.

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